
Estas criaturas mágicas del fuego se presentan como pequeñas luces o destellos que se mueven rápidamente, que saltan y brillan fugazmente.
Su lugar predilecto para aparecer es en las cercanías de los bosques o en las laderas de las montañas. Surgen al atardecer o en los primeros minutos de la noche. No han existido muchos encuentros entre ellas y los humanos.
Es más, algunas leyendas las han descrito como las luces que encienden las hadas al llegar la noche.
Otros hablan de que esas luces son reuniones de hadas o simples manifestaciones del paso de algunas de ellas.
Sin embargo de algo se tiene certeza: la presencia de estas manifestaciones indica que un hecho mágico o positivo ocurre o está por ocurrir en ese lugar.
A su vez, hay relatos que describen su presencia antes de un hecho imprevisto como una tormenta, un huracán o un posible accidente. Es decir, que su presencia también puede actuar como advertencia.
Suelen acompañar a los humanos que tienen un don especial.
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